Monday, February 20, 2006

A través de un laberinto de cristales
percibo los perfiles de la vida real.
Mi mente cruza un bosque infinito
y descifra el lenguaje inexistente
de la voz esquizofrénica.
El sabor de las lágrimas
así como el sabor de un cigarrillo
puede hacernos imaginar
el inicio de un eclipse
dentro de un cuerpo.
Quisiera conocer
la voz de la casa vacía
o la voz de las cortinas quietas
o la voz de los vasos sucios
y de las cucharas.
Una bandada esperanzadora,
una burbuja sin cielo,
la sonrisa que flota sin acción,
la risa que explota sin sentido,
la tristeza que escarba en lo humano,
el camino que lleva al Edén


Roberto Tábano 2003

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